El bus que hemos cogido en Jodhpur a las 12am hace una parada en Ranakpur de 10 minutos. Aprovechamos para acercarnos a todo correr y hacer algunas fotillos del templo.
Por fin a las 19:30h llegamos a Udaipur. Intentamos regatear un Tuk-Tuk pero nos piden demasiado para ir al Guesthouse, así que decidimos ir andando unos dos kilómetros. Muy reventados llegamos al Dream Heaven Guesthouse y nos dan una habitación doble por 500 INR. Cuando estamos haciendo el Check-in nos dicen que por el colchón adicional hay que pagar otros 100 INR. Cedemos ya que no estamos cómo para buscar otro alojamiento… Estamos en India, los timos al orden del día…
Hemos elegido éste alojamiento ya que es una de los que mejores vistas tiene de la ciudad desde el otro lado del Lago Pichola, y es cierto, las vistas son increíbles.
Por la mañana nos damos una vuelta por la zona del Ghat Naoghat y recorremos sus calles. Cuidado con los vendedores de «pasmina» os llevarán a sus tiendas para que compreis algún pañuelo.
Llegamos hasta la City Palace (115 INR /pers. + 200 INR cámara fotos). El ticket de la cámara de fotos no lo compramos, jejeje. La City Palace está atestada de gente, un auténtico agobio recorrer sus estrechos pasillos. El palacio no me dice mucho ya que lo único que se hace es visitar salas-museo con diferentes pinturas y objetos.
Después de comer nos acercamos al Hotel Udai Garh, que por 200 INR/pers. nos podemos bañar en la piscina que tienen en la azotea, desde dónde tenemos muy buenas vistas del lago.
Ya bien frescos, toca ir a clases de cocina. Las hemos contratado en Sushma’s Cooking Classes (situado en el Hotel Krishna Niwas). El precio por persona es de 1.200 INR y tiene una duración de 2-3 horas. Aprendemos a cocinar massala chai, chicken massala, dal, chapati, etc…
El día ya se ha terminado y mañana a las 6:00h cogemos un tren a Ajmer. Udaipur me ha decepcionado un poco. Lo único que me ha gustado son las vistas desde la Guesthouse de todo el Skyline con el Lago Pichola. Pero cómo siempre, todo es subjetivo y desde mi punto de vista. Seguro que esconde tesoros que por el poco tiempo que le tuvimos que dedicar, no los pudimos descrubir.