
Hoy nos toca madrugar y comenzamos nuestra ruta mientras vamos viendo amanecer.
Lo primero que hacemos es subir y subir hasta un alto dónde podemos observar una panorámica de todo el valle. Esperemos que a partir de ahora sea todo bajar y bajar, jejeje.
Cruzamos varios poblados «Pao» dónde podemos ver como fabrican cestas de bambú, cómo se seca el «Chili», etc. Incluso vemos a lo lejos un funeral.

Hoy es el día que más zonas rurales estamos viendo. Comenzamos a ver cómo los lugareños trabajan con los bueyes y los utilizan para recolectar y trabajar el campo.
Durante el día de hoy también cruzamos campos de arroz, aunque no son tantos los que vemos como el día anterior.

Lo último que cruzamos antes de llegar a Puttu, la aldea «Pao» dónde nos alojaremos hoy, atravesamos un campo de Bambú el cual lo están talando. El guía nos comenta con mucha pena que poco a poco están talando éstos campos y en futuro ya no se verán. Tras ésto hacemos una paradita para refrescarnos con unas Coca-Colas, jejeje.
Al llegar a la aldea de pernocta, descubrimos unos cuantos niños jugueteando por allí y decidimos hacerles unos cuantos muñecos con globos. Lo que no nos esperábamos era que se iban a llamar unos a otros y no iban a parar de llegar nuevos niños, jajajaja. Eso sí, es una alegría ver como se lo pasan con unos simples globos.
¡Qué bien! Hoy nuestras camas tienen una colchoneta de espuma. Hoy sí que vamos a dormir bien!

Desde nuestra habitación, en la segunda planta de la vivienda, podemos ver como se van retirando los agricultores con sus carros tirados por bueyes. Ya está anocheciendo y es hora de recoger los aperos.
La amable familia que nos aloja en su casa quiere que les hagamos unas fotos. Les hace gracia verse en las pantallas, y como es lógico, yo no les voy a decir que no, jejeje.
Ya es hora de cenar y recuperar fuerzas. Lo hacemos como antaño, bajo la cálida luz de las velas. Mañana será otro día y el último de éste gran trekking.