En tiempos medievales la Llanada Alavesa se convirtió en una región donde muchos peregrinos surcaban sus caminos hacia la tumba del apóstol Santiago de Compostela. Muchos eran los que en el siglo XIII cruzaban el túnel de San Adrián convirtiéndose éste paso en uno de los hitos del Camino del Norte. Es posible que por ello los vestigios románicos en Álava sean tan abundantes y tengamos auténticas joyas poco conocidas. Hoy quiero hacer un recorrido por las iglesias que albergan pinturas medievales en Álava, más concretamente por tres pequeñas localidades donde la historia ha quedado escrita en sus muros: Añua, Alaiza y Gaceo.

Recorriendo las pinturas medievales en Álava
Antes de comenzar con nuestra ruta intentemos situarnos un poco. En época medieval la piedra de las iglesias era pobre, es por ello que se cubrían los muros de mortero y sobre éstos se pintaba. Incluso era común ver iglesias no solo pintadas por dentro, sino que las policromías cubrían también los exteriores.
Éstos murales podían ser solamente ornamentales o iconográficas, con las que mostrar a través de escenas mensajes bélicos o religiosos al pueblo. Era una forma de contar la historia a la gente analfabeta de la época, como ocurre en la iglesia de Gaceo, el mensaje de Jesús se transmite al pueblo a través de sus pinturas. Es por ello la importancia de la recuperación y mantenimiento de estos murales policromados.

Iglesia de la Natividad de Nuestra Señora (AÑUA)
Comenzamos nuestra ruta en Añua, situada a 14 kilómetros de Vitoria-Gasteiz, más concretamente en el municipio de Elburgo. En ésta pequeña localidad encontramos la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, cuyo magnífico ábside ochavado de cinco paños data de finales del siglo XIII, único vestigio románico de toda la iglesia. El resto del templo, como la nave y la torre, son del siglo XVI. Cien años más tarde se añadió la sacristía y el retablo.
En el interior nos encontramos con restos de policromías del siglo XIV, que nos recuerdan a las que encontraremos más adelante en Alaiza. Pinturas ocres, rojas y azules que decoran la zona alta del ábside y presbiterio donde se puede entrever varias figuras y un castillos. Éstas policromías fueron descubiertas al retirar el retablo barroco que las cubría.
No podemos salir del templo sin detenernos en otra policromía medieval. Su ubicación inicial era sobre la portada del templo y fue arrancado para colocarla en el interior y poder mejorar su conservación. En ella podemos ver una ciudad medieval amurallada con altos torreones, donde las banderolas ondean sobre la ciudad. Se cree que podría ser una representación de la Jerusalén celestial.
Pero lo realmente interesante de la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora es su bonito ábside, donde se ve plasmado la transición del románico al gótico. Su interesante colección de canecillos es una de las más interesantes de toda Álava: monstruos, un cantero, un hombre y una mujer en poses exhibicionistas, toros, un juglar con sombrero…
En los capiteles de las arquivoltas de las ventanas nos encontramos con una bonita decoración, donde veremos elementos que se repiten en el románico alavés: una dama con barbuquejo, un águila que porta un conejo entre sus garras o la flor de seis pétalos dentro de un círculo.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (ALAIZA)
Nuestra siguiente parada es en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Alaiza. Lo realmente interesante lo encontramos en su interior, enigmáticas pinturas rojizas de finales del siglo XIV que recrean escenas bélicas con muchos interrogantes a su alrededor.
Las monocromías decoran el ábside y la bóveda del presbiterio y nos recuerdan a los restos vistos en Añua, ¿Serán del mismo autor?
Según nos ponemos en frente del mural nos puede dar sensación de caos, pero si nos detenemos a observar descubrimos pequeñas escenas que podemos ir leyendo poco a poco. Un rasgo que nos llama mucho la atención es la forma de representar los ojos a los personajes, almendrados y con cuencas vacías.

En las pinturas encontramos tanto escenas de la vida cotidiana de aquella época como acontecimientos bélicos. Entre ellas destacan un asedio y defensa de un castillo en cuya escena de lucha podemos ver caballeros, escudos e incluso ballestas; un funeral donde varias figuras portan al difunto hacia una iglesia; una ceremonia, parece ser de matrimonio, donde los personajes portan ofrendas; torneos de caballería; exhibicionistas, tanto masculino como femenino; una escena donde aparece un personaje atacando a un bebe en una cuna y otro protegiéndolo; peregrinos con báculos que se vinculan al Camino de Santiago, por su cercanía a éste; etc.
Una de las teorías apunta que es posible que la temática de las pinturas cuenten los echos vividos en la Llanada Alavesa durante la mitad del siglo XIV, más concretamente en la batalla de Nájera, librada el 3 de abril de 1367.
Inmersa en mitad de la Guerra de los Cien Años, la Península Ibérica vivió la Primera Guerra Civil Castellana donde al rey Pedro I le fue arrebatado el trono y finalmente asesinado por Enrique de Trastámara, su hermanastro. Pedro I estaba apoyado por los ingleses y por Carlos II de Navarra, mientras que los franceses secundaban a Enrique de Trastámara. Fue el día de la batalla de Nájera cuando Pedro I irrumpió en la Llanada con sus tropas y avanzó hacia el sur venciendo a los franceses.
Parece bastante aceptable creer que las pinturas de Alaiza pudieron ser fruto de algún miembro de las tropas inglesas que se establecieron por la zona.
Otro misterio se cierne sobre la inscripción que recorre la parte baja del ábside, fechado en el siglo XV. El texto parece ser que está escrito en minúscula gótica donde varios caracteres aparecen semiborrados. En él se pude leer “…tum salutiferum gustandum dedit… Mortis… tempore. Erue… miseranter (¿?)… ut urat undique gehena”. La primera parte coincide con la antífona del oficio de Corpus Christi «Fructum salutiferum gustandum dedit Dominus mortis suae tempore (Fruto salutífero dio a probar el Señor al tiempo de su muerte)». Por lo que se trataría de una inscripción de tipo eucarístico.
Otro elemento interesante de Alaiza es su pila bautismal, la cual conserva todavía parte de la policromía en la que se entrevé una cruz de la Orden de Alcántara.
Iglesia de San Martín de Tours (GACEO)
Enclavado en pleno Camino de Santiago alavés nos topamos con Gaceo, una pequeña localidad que guarda en su interior el pequeño templo románico de San Martín de Tours. De aspecto sencillo en el exterior, conserva un ábside, portada y ventana absidial románicas; muy modificadas debido a las últimas restauraciones. Éstas rehabilitaciones hicieron que en 1967 se retirase el retablo mayor dejando al descubierto su auténtica belleza.
Unas bonitas pinturas murales del siglo XIV correspondientes al gótico lineal donde su misión era contar hechos religiosos a los habitantes analfabetos. Unos murales que distan mucho de sus hermanas Añua y Alaiza.
Lo que más nos llama la atención de éstas policromías es la imagen central del ábside: la escena gira en torno al Trono de Gracia donde podemos ver la Trinidad en sus tres figuras: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Otras escenas interesantes pueden ser el calvario, el juicio del arcángel San Miguel, nacimiento de Cristo, la Pasión, la Resurrección, El infierno…

Todo está bien estructurado, donde podemos separar acontecimientos generales: el cielo está representado en el ábside mientras que el juicio en su parte baja; el infierno al lado derecho del presbiterio, en la parte más baja; la vida de Cristo se cuenta en el muro del presbiterio y su bóveda.
Unas impresionantes pinturas góticas a las que hay que dedicar un tiempo para descubrir todos sus detalles.
Visitas guiadas a Añua, Alaiza y Gaceo
Existen visitas guiadas a las iglesias de Añua, Alaiza y Gaceo bajo el título de “las tres joyas de la Llanada”. Las visitas corren a cargo de la Oficina de Turismo de Salvatierra y durante tres horas conoceremos los secretos que hay detrás de estas pinturas medievales. El precio de las visitas guiadas es de 5€ por persona (niños menores de 12 años, gratis). Más información en la Oficina de Turismo de Salvatierra: 945 302 931.