DIA 1: ERDENEDALAI
Habíamos quedado con Bilegt a las 10 de la mañana para hablar de la ruta e ir a comprar todo lo necesario para sobrevivir durante 7 días. Cuando Bilegt llegó nos presentó a nuestro conductor (Altangerel) y nos dijo que hoy y mañana serían rutas largas para llegar a nuestros destinos.
Fuimos al supermercado y nos aprovisionamos de un montón de Noodles, agua, pastas para el desayuno, gas para el campin gas, etc. En total pagamos 77.000 Tugriks (unos 44€). Ya era hora de ponerse en marcha.

El trayecto fue largo y algo aburrido. Miraras por dónde mirabas había estepa y más estepa. Un paisaje liso y verde. Al poco de comenzar el viaje nos comenzó a llover y entre los charcos, los botes del Jeep, los caballos, vacas y cabras, nos distrajimos durante nuestro viaje. A mitad del recorrido vimos una carrera de caballos en los que los jinetes eran chavalillos pequeños (no tendrían más de 8 años). Corrían que se las pelaban.
Por fin, sobre las 8h de la noche llegamos a Erdenedalai y tras buscar un alojamiento (14.000Tug/noche/2pers) cenamos y nos fuimos a dormir. La habitación estaba bastante bien, no había luz y cenamos con unas velas (nos recordó a Pekín Express, jejeje).
Erdenedalai es una comunidad de pastores de camellos en mitad de la nada. Es muy conocida por un antiguo monasterio que tienen.

DÍA 2: BAYANZAG

Si ayer hicimos unos 300Km, hoy tocaba más de lo mismo, pero esta vez salíamos más pronto de ruta (a las 9 de la mañana). Según íbamos avanzando el paisaje se hacía más ocre y arenoso. Tras quedarnos atascados en un barrizal y Altangerel tener que mancharse las chanclas de barro para «activar» el 4×4, tocaba que nos pasase lo que yo ya temía, nos tocó pinchar. En unos 10 minutos estábamos otra vez en marcha. A parte de cambiar el paisaje, también cambiamos las cabras y los caballos por camellos. Por el camino pudimos observar un montón de grupos de camellos.

A las 15.30h ya habíamos llegado a Bayanzag. Altangerel buscó un Ger para que pudiésemos dormir (10.000Tug/2pers). Ania y yo estuvimos un rato hablando nos parecía un poco raro el parar la ruta a las 3 de la tarde y ya no ver nada. Pensamos que igual al no contratar un guía, el conductor podría hacer lo menos posible y cuanto antes se echase a descansar mejor… Bueno, esperemos que mañana vaya mejor la cosa…

Bayanzag es comúnmente conocida como “Flaming Cliffs”. Aquí se han encontrado una cantidad enorme de huesos y huevos de dinosaurio. Es un clásico del desierto de roca, arena roja y matorral.
Día 3: Khongoryn Els
Hoy el día ha estado mucho mejor. A la mañana lo primero que hemos hecho ha sido ir a ver los Flaming Cliffs, hemos estado una hora andando por ellos. Unas formaciones muy chulas lo único que nos lo ha estropeado un poco ha sido el tiempo: ha amanecido nublado.

Ya en el Jeep nos hemos puesto de camino a “Khongoryn Els”: son las dunas de arena más grandes de Mongolia las cuales miden hasta 300 metros de altura y 12Km de ancho por 100 de largo. Como se ha puesto a llover hemos decidido no decirle a Altangerel de dormir en tienda de campaña, así que hemos llegado a un Ger de una familia y hemos establecido el campamento allí. Según hemos llegado nos han invitado a su Ger y nos han dado de beber leche de yegua y queso. El queso estaba fortísimo y yo solo le he podido dar un mordisco (se lo he pasado a Ania discretamente, aunque ella tampoco lo ha podido terminar). La leche la he probado para quitarme el sabor del queso. De todas formas se agradece 😉
Nos hemos ido a nuestro Ger y tras comer nos hemos dado una vuelta de una horita en camello (todavía me duele el culo…). Al estar lloviendo nos han puesto sus ropajes, así que parecíamos auténticos mongoles. Recorrido a camello: 15.000Tug/3camellos (hay que pagar el del guía también).

Tras la vuelta a camello una hora de descanso y después Altangerel nos ha acercado hasta las faldas de las dunas para comenzar nuestra ascensión.


Nos ha costado llegar hasta arriba aprox. una hora, si si, una hora. A veces hasta nos teníamos que ayudar de nuestras manos para poder subir, pero ha merecido la pena. Las vistas eran impresionantes, una pena que siguiese nublado. Después de estar un buen rato admirando las vistas tocaba la hora de bajar y nos hemos dicho: “Pitxi el último”. Así que a la carrera hemos bajado para luego tener que quitarnos la arena hasta de los…

Podéis seguir leyendo la ruta en Mongolia (II Parte)…