Beijing – 北京

_MG_2994
Palacio de Verano

Al final de nuestra entrada anterior ya os pusimos nuestra llegada a Pekín, pero vamos a recordarla:

«Llegamos a Pekín a las 3.20h en el Sleeping bus nos ha traído desde Erlian. Al parar han encendido las luces y nos han “echado” del bus y “abandonado” en mitad de no sé dónde (nosotros pensábamos que íbamos a llegar sobre las 7 de la mañana). Como el metro no abría hasta las 5 de la mañana y no hemos visto ninguna boca para situarnos en el mapa, se ha acercado un chino y hemos negociado el precio para ir hasta el hostel que tenemos reservado para mañana. Nos pedía 100Y y nos lo ha dejado por 80Y (no sé si barato, caro…).

Ya en el Hostel hemos despertado a la chica y nos ha dicho que no había sitio para hoy así que hemos dejado las mochilas y hemos ido a dar una vuelta para buscar otro hostel. Como estábamos cerca del Lago HouHai nos hemos acercado hasta el Hostel Sleepy Inn y por fin algo nos sale bien: sí que tenemos habitación así que solo nos queda esperar hasta las 8.30h para que nos den las llaves e iremos a ver si nos cambian el dinero».


En vez de echarnos a dormir un rato, decidimos ir a dar una vuelta para aprovechar a ver algo.  Como teníamos tugriks (dinero mongol), quisimos ir a cambiarlos para podérnoslos quitar de encima cuanto antes. Cual es nuestra sorpresa, que después de recorrer unos cuantos bancos y llegar al Bank of China (banco de china, se supone que es como el banco de España), nos dicen que en toda China es imposible cambiar el dinero de Mongolia. Además es muy gracioso, porque primero no saben lo que es y te piden que les enseñes un billete. Luego cuando lo ven, parece que el billete tiene la peste o algo porque no lo quieren ni ver. Llegamos a la conclusión de que los chinos con los mongoles no se llevan nada bien (estarán resentidos por años de conquista mongola).

_MG_2798
Calle Donghuamen (dónde está el mercado nocturno de pinchos)
_MG_2800
Calle Donghuamen

Bueno, todo nuestro gozo en un pozo, volveríamos a intentarlo en el aeropuerto de Pekin o en el de Madrid pero ni por esas (a día de hoy tenemos en casa un montón de Tugriks, si alguno los quiere que nos diga, jejejeje).

Ya que estábamos en una zona turísticas llena de tiendas y restaurantes nos quedamos por allí dando una vueltilla. No pensábamos que lo chinos podían ser tan cansinos!!!! Enseguida vienen y te intentan vender alguna cosa, bien pueden ser cuadros, como viajes a la Muralla como cualquier cosa que se tercie, es increíble. Estuvimos callejeando y llegamos hasta las murallas de la Ciudad Prohibida y la plaza Tianamen, pero entre el calor que hacía y la cantidad de gente que había se nos quitaron las ganas de seguir mirando nada. Una curiosidad, para entrar en la Plaza Tianamen hay que pasar controles de policías y rayos x para las mochilas. Es curioso ya que toda la plaza está vayada.

_MG_2808
Entrada a la Ciudad Prohibida
_MG_2809
Entrada a la Ciudad Prohibida con el retrato de MAO
_MG_2813
Puerta de acceso a la Plaza Tianmen (vista desde la plaza)
IMG_0369
Ciudad Prohibida a nuestras espaldas.

Ya era la hora de comer y nos fuimos otra vez a la zona de antes para encontrar un sitio donde meternos a la fresca y comer algo. Y dónde terminamos?? Pues dónde va a ser, en el McDonald´s!!! jajja. Había que probar los Mc Donald´s de Pekin, así que después de tantos días comiendo noodles, que mejor que comernos una hamburguesa. Lo mejor de todo fue el precio. Pagamos por dos menús (hamburguesa, patatas y bebida) unos 40 Yuanes (4€!!! Los dos!!!), jejeje lo mejor de Pekin era comer, podías comer hasta saciarte y no pagar apenas dinero.

Con la tripa llena nos toca siestecita. Tras levantarnos y pegarnos una ducha fuimos al ver los faroles del lago HouHai. Llegamos hasta el siguiente lago, QuianHai, y tras cenar en las inmediaciones nos fuimos a dormir.

_MG_2816
Lago HouHai
_MG_2818
Faroles en el lago HouHai
_MG_2819
Lago HouHai
_MG_2822
Lago HouHai

El segundo día en Beijing nos tocaba cambiar de Hostel e ir al que teníamos reservado, el Red Lantern House. Nos levantamos pronto y tras desayunar en el Sleeping Inn, volvimos a coger las mochilas y de nuevo nos pusimos en marcha. El Hostel Red Lanter está situado en un hutong el cual conserva ese espíritu que tanto gusta de los hutones, con su gente, sus pequeños puestos de comida, sus oleres y como no, la basura que la gente arroja a la calle.

IMG_0366
Hutong de nuestro Hostel (Red Lantern)

Después de instalarnos, como ya era casi la hora de comer, nos fuimos a recorrer la calle principal a la cual da a parar nuestro hutong. Es una calle llena de tiendas de ropa, en cuayas puertas ponen altavoces y megafonos con una frase grabada y la cual se repite incansablemente. Nos imaginamos que lo que dicen serán ofertas para atraer a los clientes. Al cabo de unos metros nos encontramos algo que nos llama mucho la atención. La calle está abarrotada de tiendas de música, todas pegadas unas con otras: guitarras electricas, acústicas, violines, contrabajos, flautas… Dentro hay gente dándo clases de música y nos encontramos también a gente tocando en la calle enfrente de la tienda. Estas tiendas se extienden muchos metros y en los dos lados de la calle.

Después de comer decidimos dar una vuelta por el mercado de la seda (el famoso mercado de las falsificaciones) para un primer contacto. No queremos comprar nada solamente hacer un pequeño reconocimiento. Es inmenso. 5 plantas llenas de ropa, bolsos, maletas, relojes, electrónica, decoración y un largo etcétera. Lo único que compramos son dos basitos de chupitos (coleccionamos de todos los viajes a los que vamos) pero estamos convencidos de que nos han timado, jejejeje.

Poco más vamos a hacer hoy, ya que nos tenemos que acostar pronto. Mañana nos toca ir a la muralla china para pasar dos días y una noche y el madrugón será considerable. Nos vamos a cenar a la calle Wangfujing. Para las 22.30h corremos a coger el metro (ya que a las 23.00h lo cierran). Estando ya en el metro y justo en la parada anterior a la nuestra, nos mandan salir a todos, fin de trayecto. Sin saber dónde estámos (solo la boca del metro donde nos han obligado a bajar) salimos a la calle y comenzamos a andar sin ningún rumbo claro (siempre llevo el mapa conmigo, menos hoy… vaya casualidad…). Parece que vamos en buena dirección y al cabo de un buen rato pateando y bastante cansados llegamos al Hostel. Hacemos la mochila con todo lo necesario para la muralla y nos vamos a dormir sobre las 12 de la noche. El post que escribiremos sobre la muralla lo dedicaremos exclusivamente a ella. Así que pasamos rápidamente al día que volvimos de la muralla.

_MG_2837
Calle Wangfujing con todos los puestecitos de pinchos
_MG_2836
Calle Wangfujing

Una vez de vuelta en Pekín tras nuestra incursión en la muralla, nos toca pegarnos una ducha y echarnos una siesta. Por la tarde-noche hemos quedado con el grupo de valencianos que conocimos en Irkutsk para ir a cenar todos juntos. Nos llevan a un restaurante a comer pato laqueado (uno no se puede ir de Pekín sin comer el famoso pato laqueado). El pato está esquisito. Te lo van cortando a tu lado y te lo van sirviendo troceado. A cada uno nos ponen unas tablas con diferentes salsas y vegetales. Con todo ello lo pones sobre una especie de pan de pita finito y hacer un rollito para comertelo. Todo muy ríco (como el precio, jejejeje). Con la tripa llena nos vamos a un bar “guiri” a tocar unas cañas (te ponen un tuvo de 3 litros de cerveca y cada uno se sirva una jarrica). Como ya han pasado más de las 23h de la noche y el metro está cerrado, decidimos coger un taxi (el grupo valenciano nos aconseja coger uno con taximetro, nos aseguran que no hay ningún problema) y así lo hacemos. Damos con uno con taximetro y tras enseñarle la tarjeta del Hostel y decirle que arranque el taximetro, éste nos lleva hasta nuestro destino. Al llegar, vemos en el taximetro que pone 24 yuanes. De repente el taxista apaga el taximetro y nos empieza a hacer gestos con las manos. Llegamos a la conclusión de que nos está pidiendo 24 yuanes por persona… Pero que se ha pensado? Como ya estoy un poco arto de los chinos y que me vean cara de gili…. y me intenten timar, saco de la cartera 25 yuanes (una pena no tener 24 yuans) se los doy y le digo a Ania que nos bajemos del taxi. Me dá igual que el chinito se ponga a gritar o lo que sea. Sin decir nada, arranca y se pira. Una recomendación, intentar tener en la cartera mucho cambio. Es mejor pagar las entradas y comidas con billetes grandes para tener cambio y poder pagar a taxistas o sitios en los que regateeis (seguramente que si nosotros le hubiesemos dado un billete de 50 yuans, no nos hubiese dado ningún cambio, y luego hazte entender…).

Tras dormir y olvidarnos del cabreo con el taxista hoy toca la visita a la ciudad prohibida. Cogemos la entrada normal (60 yuans) y esquivando a los falsos guías que se ofrecen por el camino, entramos. La ciudad prohibida es inmensa, y tiene un montón de recobecos. Tras un par de horas caminando por ella, decidimos salir. Nos ha decepcionado un poco ya que los hutons que tiene dentro no se puede entrar en ninguna casa, estan cerrados con metacrilatos y con poca iluminación. Después de comer por unos 3€ los dos entramos a la colina del carbón (Jinshan Park). Está muy bien para pasar la tarde y subimos hasta su cima desde la cual se vé una panorámica perfecta de la ciudad prohibida y de pekín (si no hubiese esa bruma que nos ha acompañado todos los días…). La colina del carbón se “construyó” con toda la tierra que sacaron para construir el foso que rodéa la ciudad prohibida, un trabajo de chinos, jejejeje.

_MG_2962
Ciudad Prohibida
_MG_2966
Ciudad Prohibida

Por la noche hemos quedado con una pareja de Barcelona que conocimos por mail antes de salir de viaje y con los que hemos estado intercambiando información. Ellos han hecho el transmongoliano desde San Petersburgo. Es una pareja muy maja y con los que tenemos una agradable cena en un bar de tapas españolas, jejejeje. Esa noche paso un mal trago tras dejarme en los Wc los dos pasaportes y el dinero.., menos mal que alguien lo coge y lo deja en la barra (durante unos minutos sufrí como nunca).

Al día siguiente quedamos con los murcianos para pasar el día. Por la mañana vamos al Palacio de Verano. Es inmenso y muy bonito, lo malo es lo de siempre, con la niebla que hay se nos quitan las ganas de hacer hasta fotos… Tras das un paseo y recorrer algunos de sus rincones nos vamos a comer ya que por la trarde nos espera el Mercado de la Seda para hacer unas compras.

_MG_2981
Palacio de Verano

_MG_2982

_MG_2987

_MG_2996

_MG_3007
Barco de Mármol en el Palacio de Verano

Aunque no queráis comprar nada en el mercado, merece la pena perder una mañana o una tarde para visitarlo. Es un auténtico agobio de gente. Las chicas te cogen del brazo para intentar venderte algo y si no les haces caso, unos pellizcos te vendrán bien, jejeje. En cuanto te ven oyes: “amigo, amigo. Barato”. Lo dicho, una auténtica aventura. El regateo está a la orden del día y aunque se ruboricen y se enfaden cuando les digas un precio bajo (te llamarán “tacaño” y “loco”) hay que ser fuerte y no subir demasiado, jejeje.

Ya solo nos quedaba un día y lo habíamos reservado para ver el famoso templo del cielo. Desde que volvimos de la muralla, las agujetas nos habían invadido y casi éramos incapaces de andar, jejeje. El día no había amanecido muy bien y tras desayunar, calló un chaparrón increible. Se vé que el alcantarillado brilla por su ausencia ya que en las calles aparecieron unos charcos grandisimos en cuestión de minutos.

Como ya estábamos bastante renegados con los chinos, el tiempo climatológico de todo el viaje, el cansancio acumulado y varias razones más, decidimos no visitar el templo del cielo. Así que nos tomamos el día de descanso. Por la mañana visitamos el mercado de la seda para hacer las últimas compras (está bien comprar relojes pero una vez en casa, hemos visto por qué las falsificaciones son falsificaciones… así que no os gasteis mucha pasta en ello). A la noche fuimos al mercado nocturno de Donghuamen para probar a que saben los alacranes. Hay pinchos de alacranes, escorpiones, crisálidas de gusanos, serpiente, estrellas de mar, cienpies… Esta calle es una calle dedicada al turismo ya que no verás a ningún chino comer pinchos de bichos raros. Probamos los alacranes, que por cierto, no saben a nada. Estuve tentado a probar uno de gusano, pero como éstos ya estaban cocinados (y vete tu a saber desde cuando) me eché para atrás.

IMG_0380
Los alacranes están pinchados vivos
IMG_0381
Mi cena….
IMG_0383
La de Ania… (tenemos video de como nos los comimos, jejeje)

Una vez con el estómago lleno, solo faltaba pasar la última noche en el Hostel y al día siguiente coger el vuelo que nos llevase a casa.

Nos levantamos pronto y cogimos el metro para llegar hasta la parada de Dongzhimen. Desde allí hay un línea de metro que une con el aeropuerto. Tenemos que llegar hasta la terminal T2. El metro para primero en la T3, hay que esperar sentados. Tras un rato dá marcha atrás y te lleva hasta la T2. Desde que hemos salido del Hostel, nos ha costado más o menos una hora llegar hasta el aeropuerto (desde Dongzhimen hasta el aeropuerto son unos 30 minutos). Tras facturar vamos a buscar un montrador de cambio para ver si hay suerte con los Tugriks y nada de nada. Así que nos iremos con los Tugriks a españa.

Tras 8 horas de vuelo llegamos a Moscú. El vuelo ha estado bastante entretenido. Teníamos teles individuales en las cuales podíamos elegir películas, música, juegos… Una vez en moscú nos toca esperar 3 horas a coger el vuelo que nos llevará a Madrid. Llegamos a Madrid a las 22.30h y sin perder ni un minuto (intentamos cambiar aquí también los Tugriks y nada de nada) corremos hasta el metro y vamos a la estación de autobuses. Hemos mirado en internet y a las 0.00h sale un bus a Vitoria. Con la poca la mala suerte que nos ha acompañado durante todo el viaje, como aquí iba a ser menos? Ya no hay billetes para ir a Vitoria, tendremos que esperar hasta las 7, así que decidimos coger un bus que sale a la 1.30h de la madrugada a Bilbao y una vez allí coger otro bus que nos lleve hasta vitoria.

Desde que hemos salido de Pekin, nos ha costado 26 horas llegar a Vitoria. Estamos cansado pero a la vez muy contentos de haber terminado esta aventura y haberla completado con éxito y sin ningún contratiempo importante. Nos ha gustado esto de ir de mochileros y ya estamos pensando en viajes futuros.

Esto de ir escribiendo un diario de a bordo es bastante duro, sobre todo por que en los ratos libres es lo que menos te apetece hacer, pero es algo que viene muy bien que cuando lo volvamos a leer recordemos esas anécdotas que con el tiempo se nos hubiesen olvidado, y si encima puede ayudar a próximos viajeros, mejor que mejor. Así que esperamos que os haya gustado el acompañarnos en este viaje tan alucinante.

Nos vemos en el siguiente viaje!!!!