En lo alto de una colina y asentado en pleno parque natural nos topamos con uno de los templos más representativos del románico alavés. El Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, con diez siglos de historia, abre sus puertas a todo aquel que quiera leer sus memorias escritas en piedra. Una joya olvidada en el tiempo.

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Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz
A tan solo 10 kilómetros de Vitoria-Gasteiz, en la localidad de Argandoña, éste celebre santuario es una de las construcciones más significativas de la Edad Media en el País Vasco. En su interior podemos encontrar la talla de Nuestra Señora de Estíbaliz (s.XII), patrona de Álava. Su cabecera de tres ábsides, una rareza del románico en la zona, y su gran decoración escultórica en sus muros nos hace entrever el gran protagonismo que jugó en el pasado.

Historia del Santuario de Estíbaliz: de pajar a tesoro
La historia del Santuario de Estíbaliz se remonta al siglo XII cuando el monasterio fue levantado. En 1138 se cedió a los monjes benedictinos de Nájera que lo mantuvieron hasta 1431, fecha en que fue vendido a don Fernán Pérez de Ayala.
En 1542 don Atanasio de Ayala, heredero del monasterio de Estíbaliz, donó el cenobio al Hospital de Santiago de Vitoria.
Durante siglos el templo disfrutó de un gran esplendor, teniendo un importante cometido entre las gentes de la época. En el siglo XIX el Santuario de Estíbaliz cayó en el olvido por dos importantes desgracias. La primera ocurrió en 1824 cuando un rayo tocó Estíbaliz provocando el incendio de algunas dependencias adosadas al mismo. Por suerte el templo se salvó. Tras unos años, entre 1839 y 1845, las primeras guerras carlistas llegaron hasta aquí. Los soldados saquearon el templo despedazando a su paso la talla de la virgen, la cual perdió la cabeza, las manos y el niño (a inicios del siglo XX se sustituyeron por un estilo neorrománico). La talla se traslado a Villafranca y sin su imagen principal, Estíbaliz perdió el culto.
Su único morador, un labriego apodado como el “Páter”, vivía en una gran casa adosada al monasterio y cuyo cometido era la limpieza y mantenimiento del lugar. Una vez por semana acudía hasta allí un sacerdote, contratado por el Hospital de Santiago de Vitoria, para renovar el sacramento. Hasta que un día dejó de asistir por falta de culto y la basílica fue transformada en cochera y pajar quedando el santuario bastante deteriorado.

Como se puede ver en la imagen, la casa del Páter tapaba por completo la nave principal y la fachada occidental. Se pueden observar los restos de un antiguo pórtico que cubría la Puerta Speciosa, la cual también había sido dañada. De la espadaña había desaparecido el último cuerpo y nuestra joya del románico alavés ahora carecía de vitrales.

Hoy día nos encontramos con un templo totalmente restaurado y vuelto a la vida. Donde antiguamente se hallaba la casa del Páter, en la actualidad está adosada una sacristía de estilo neorrománico.
Arquitectura
La belleza del Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz radica en su arquitectura. La elegante portada Speciosa con su hermosa decoración tuvo mucha influencia en el románico del País Vasco incluso llegó a territorios como La Rioja, Burgos y Navarra. En Burgos tenemos el templo de Colina de Losa, vinculación estrecha a Estíbaliz. En la localidad riojana de Ochánduri también encontramos signos del santuario alavés en su portada. Conozcamos con más detalle todas las piezas magistrales que componen ésta joya.
Puerta Speciosa y puerta oeste
El monasterio de Estíbaliz posee dos portadas. Una de ellas, y la más sencilla, se abre al oeste sin ningún tipo de decoración.

Por otro lado, en el lado meridional, nos topamos con la puerta Speciosa, un auténtico tesoro del románico alavés. Lo primero que nos llama la atención es su profusa decoración, tanto en las arquivoltas como en los fustes de las columnas.

La decoración de las arquivoltas es mayoritariamente vegetal, donde se pueden observar detalles “besantes” típicos del románico.
Los bonitos fustes están decorados a base de cesteados y flores tetrapétalas, formando curiosas formas zigzagueantes.
Los capiteles en su mayoría tienen ornamentación vegetal, a excepción de uno en el que asoma entrelazos una cabeza humana barbada.
Ésta delicada obra se completa con unas jambas interiores también labradas a base de tallos ondulados. Si nos fijamos en el de la izquierda, en su parte superior, nos encontramos con un relieve de Maiestas Domini bendiciendo con el Libro de la Vida.
En la jamba opuesta los tallos atrapan a varios personajes humanos.
Una serie de esculturas empotradas a la altura de las arquivoltas rompe por completo la simetría de la portada. En una de ellas vemos una figura humana agachada intentando soportar un capitel. En el otro relieve observamos la escena de la Anunciación.


El alero está soportado por canecillos con una decoración curiosa que suscita a la imaginación.
Encima de éste vemos un gran ventanal con arcos de medio punto. Todo ello se remata con una elegante espadaña de dos ojos.
Desde pequeño siempre me ha suscitado curiosidad la imagen esférica y dentada que hay en la zona central de la espadaña, entre las campanas.
La Cabecera y sus tres ábsides
Como hemos dicho anteriormente, el monasterio de Estíbaliz cuenta con tres ábsides, siendo el central el más grande.
El ábside de la Epístola (sur) es el único que alberga un ventanal cuya arquivolta está decorada con grandes tacos cilíndricos.
El alero del ábside central está decorado por canecillos con figuras de animales, personas y elementos fantásticos.
La planta es de una sola nave con bóveda de medio cañón.
En el ábside de la Epístola encontramos el bonito ventanal de medio punto. Aquí yace también la pila bautismal donde podemos ver, en su parte superior, una decoración con estructuras arquitectónicas (Jerusalén Celeste) y diversos relieves con rostros humanos, leones, aves…
La talla románica de la Virgen de Estíbaliz está situada en el ábside central. Recordemos que ésta talla en madera policromada es del siglo XII.
En la zona de la cabecera también nos llaman la atención los ocho capiteles de los arcos torales. Cuatro de ellos tienen temática geométrico-vegetal, mientras que en los otros cuatro restantes (los más cercanos al ábside) vemos diversas figuras: Pecado Original, Expulsión del Paraíso, Anunciación, Pecados de la lujuria y la avaricia.
Visitas guiadas al Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz
Es posible visitar el monasterio de Estíbaliz todos los días de 8h a 20h de forma gratuíta. Pero si queremos conocer un poco más su historia y los secretos que esconde, es posible realizar visitas guiadas todos los sábados a las 17:30h. Las visitas las imparte el grupo de Álava Medieval y es mejor concertar cita con ellos a través del teléfono 660 76 63 83. El precio de la visita es de 4€, incluyendo el centro de interpretación. Durante verano y temporada alta habrá horarios especiales.
Centro de Interpretación del románico en Álava
Junto al Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz encontramos el Centro de Interpretación del Románico en Álava. Un recorrido por la edad medieval de la provincia a través de cuatro modernas salas expositivas. Audiovisuales, mapas, paneles, maquetas… son solo algunas de las herramientas que nos muestra el CIRA para entender un poquito más ésta interesante época. El espacio permanece abierto los sábados de 17h a 19h y los domingos de 11h a 13:30h. El precio de la visita al Centro de Interpretación es de 2€, pero como he dicho en el párrafo de arriba, podemos visitar el Santuario de Estíbaliz junto al CIRA por 4€.
¿Cómo llegar al Santuario de Estíbaliz?
El Santuario de Estíbaliz se encuentra en las inmediaciones de Argandoña, en el alto de un cerro. Para llegar desde Vitoria-Gasteiz tenemos diferentes rutas. Posiblemente lo más cómodo sea a través de la A-132 abandonando Vitoria por el humedal de Salburúa con dirección a Maeztu. Aunque también es factible llegar a Estíbaliz por la N-104 o A-2130.
El entorno de Estíbaliz
El entrono de Estíbaliz no solo es bonito por el precioso santuario, sino que también nos aporta un enorme bien natural. Tan solo con aparcar en su inmenso parking nos damos cuenta que es un lugar ideal para pasar la noche con nuestra furgoneta o autocaravana.
Pegado al parking tenemos un espacio con columpios ideal para que se diviertan los más peques, mientas nosotros hacemos una deliciosa barbacoa. Un rincón ideal para el descanso y recobrar fuerzas con zona de merenderos y fuentes.
Ya en lo alto de la colina, junto al santuario, encontramos el frontón. Una partida a la pelota, pala o frontenis será genial para bajar esas calorías que habremos cogido con el asado.
Una vez visitado el monasterio de Estíbaliz y el Centro de Interpretación que mejor que tomar algo en el bar Pater. Un acogedor rincón, regentado también por Álava Medieval, el cual le ha dado de nuevo la vida a nuestra querida Estíbaliz.
Y para los que les gusta el senderismo o cicloturismo, desde Estíbaliz parten dos interesantes rutas conocidas como «la ruta del vino y del pescado».
Otra ruta interesante que pasa por aquí es la Vía Verde del ferrocarril Vasco-Navarro, antiguo trazado ferroviario ya desaparecido y hoy día reconvertido en un bonito paseo.