Tres fueron las epidemias que devastaron el pueblo de Ochate, quedando solitario y engullido por la naturaleza. Más tarde se vivieron diferentes avistamientos y luces en el cielo, extrañas desapariciones, escabrosas voces que rompían el silencio, densas nieblas que emergen en el despoblado, sombras antropomorfas, suicidios… así es Ochate, el pueblo maldito… ¿o no?

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Ochate, el pueblo maldito
A tan solo 20 kilómetro de Vitoria-Gasteiz nos topamos con uno de los lugares que más expectación ha suscitado entre la multitud. Un rincón del Condado de Treviño con un oscuro pasado lleno de misterios sin resolver, ¿O quizás esos enigmas han sido infundados por una antigua historia adornada a base de leyendas locales? Desgranemos más a fondo Ochate y descubramos su realidad.
La leyenda del pueblo fantasma de Ochate
Todo comenzó en 1981 cuando periódicos y diarios especializados de la época publican una fotografía bajo el título «El OVNI de Treviño». Ésta foto es tomada por Prudencio Muguruza Guerrero, un joven vitoriano que, paseando por las inmediaciones de Aguillo, se topó con una especie de bola incandescente.

Pero no es hasta 1982 que estalla el revuelo de Ochate. A raíz de su fotografía, Muguruza se interesa por la zona, en especial por Ochate, llevando a cabo varias investigaciones sobre el pueblo abandonado. Es cuando aúna historia y leyenda publicando un artículo en la revista paracientífica más importante de la época «Mundo Desconocido», el cual revolucionó por completo a las masas.
Es el comienzo de la historia negra que ha rodeado a Ochate durante años y la adopción del sobrenombre “Ochate, el pueblo maldito”. Hasta aquí se acercaron aficionados a lo paranormal, investigadores, ufólogos, etc. Incluso se han llevado a cabo rituales, sesiones de güija y espiritismo.

Unos años después, en 1987, un grupo de investigadores encabezados por Alberto Fernández, se aceraron a Ochate con la idea de captar en sus grabadoras voces de ultratumba. Consiguieron captar dos psicofonías, convirtiéndose en las más famosas del lugar: “Pandora” o “Kanpora” y “¿Qué hace la puerta cerrada?”. Lo insólito vendría a la hora de regresar a sus vehículos. Los compañeros de Alberto lo encontraron asfixiado dentro de su coche con las ventanillas precintadas.
Con el paso del tiempo todo parecía calmarse, pero no tardó en llegar una nueva inyección de misterio. En 1999 Iker Jiménez publica su libro “Enigmas sin resolver”, donde vuelve a hacer hincapié en los fenómenos paranormales ocurridos en Ochate, añadiendo, a lo ya conocido por Muguruza, misteriosas nieblas que aparecen como por arte de magia, varios suicidios y seres extraños que recorren la zona.
«Luces en la Puerta Secreta», Mundo Desconocido
En su artículo titulado «Luces en la Puerta Secreta», Muguruza nos narra los sucesos oscuros y paranormales que han ocurrido en Ochate. Demos un repaso por los más significativos.
El pueblo sufre en el siglo XIX tres graves epidemias en apenas una década. La primera, en 1860, es protagonizada por el tifus. Poco después, en 1864, llega la viruela. Y finalmente en 1870, y más devastadora, Ochate es azotada por el cólera dejando tal número de cadáveres que ya no cabían en el cementerio. Vecinos de pueblos cercanos tienen que llevar a cabo los enterramientos en una ladera cercana. Lo realmente misterioso es que ésta epidemia solo afectó al pueblo maldito.
Dos años antes del exterminio, el párroco del pueblo, Antonio Villegas, desaparece para siempre de camino a la ermita de Burgondo. Nunca más se supo de él.
Muguruza también hace hincapié en la desaparición de un vecino de Marquínez, varios perros y extrañas luces que recorren los cielos.
La verdadera historia de Ochate
Para encontrar la primera referencia escrita sobre Ochate nos tenemos que remontar hasta el año 1025, donde se muestra en el documento de la “Reja de San Millán”, con el nombre de Gogate.
Se tienen evidencias medievales de una ocupación anterior, gracias al descubriendo de una necrópolis (siglos IX-X) próxima a Ochate. Ésto no es novedoso en el Condado de Treviño, recordar que en el pueblo de Laño tenemos las cuevas eremíticas de Las Gobas y Santorkaria.

Gogate estaba localizado al oeste del actual Ochate, en una zona llamada Alto de San Pedro y muy cerca de la necrópolis medieval. Un punto estratégico por el cual transcurría la antigua Ruta del Vino y el Pescado, un camino comercial que unía la Rioja Alavesa con el mar Cantábrico.
La siguiente mención la encontramos en la “Nómina Calagurritana” (1238-1257). Aquí ya adopta un nombre distinto, Chochat.
Pocos años después, en 1295, Chochat será abandonado durante más de doscientos años. Hasta que en 1522 vuelve a ser ocupado por varias familias. El pueblo de Chochat se convierte ahora en el actual Ochate, cambiando también su ubicación al margen contrario del pequeño arroyo. Es ahora cuando se construye la nueva iglesia de San Miguel Arcángel, actual torre que todavía queda en pie.

Se cree que la bonita portada de San Miguel Arcángel, ahora instalada en la iglesia de Uzquiano, no procede de la iglesia de Ochate, sino de un templo anterior, la ermita de San Pedro de Chochat. Y las familias que construyeron San Miguel utilizaron ésta portada como decoración de su nuevo templo.
A principios del siglo XIX se abrió el nuevo Camino Real Nuevo de Vitoria Laguardia, dejando a Ochate fuera de éste importante trazado mercantil. Esto fue el comienzo de su fin. Poco a poco el pueblo fue perdiendo importancia y los habitantes se acabaron desplazando a pueblos cercanos como Imíruri.
Es cierto que Ochate estuvo afectada por la pandemia de gripe española en 1918, pero solo hay constancia de una muerte. Nada que ver con las tres epidemias que apunta Muguruza.
El último caso que dio fin al pueblo maldito fue el asesinado impulsado por Jacinto Ramírez. Jacinto era una persona agresiva y algo desequilibrado lo que provocó que varias familias del pueblo abandonasen el lugar. Pero es en 1936 cuando Jacinto asesina a otro pastor en una de las viviendas de la aldea. Es así como Eusebio, único habitante de Ochate, decidiese marcharse. El pueblo fantasma ya es una realidad.

La ermita de Burgondo
En el alto de una pequeña colina, al este de la iglesia de San Miguel, aún podemos ver los restos de lo que fue la ermita de Burgondo. Un lugar muy importante en aquella época, hasta el punto de que tenía su propia Cofradía. Hoy día, cada 15 de agosto se sigue celebrando en éste lugar la romería.
Hay otro hecho que se sumó al misticismo del lugar. En el verano de 1947 tuvo lugar una fuerte tormenta, siendo la ermita de Burgondo azotada por un rayo. Victor Moraza, vecino de Imíruri, contemplo el suceso y acudió inmediatamente al templo. Entre los restos, Moraza encontró un medallón con la imagen de una Virgen, objeto que seguramente fue dejado allí durante su construcción. El medallón de Burgondo se reparó y actualmente vuelve a su lugar de origen cada 15 de agosto, durante la romería.
El párroco desaparecido, Antonio Villegas
Antonio Villegas era un joven párroco destinado a Ochate. Su ilusión era ejercer en su pueblo natal, por lo que permanecer en ésta pequeña aldea no era de su gusto. Tras varios intentos de pedir un cambio de destino, finalmente Villegas acabó desapareciendo a finales de 1871.
Se supo en varias ocasiones, a través de una carta escrita por Villegas al cura de Imíruri en 1872 y una investigación por parte del obispado de Calahorra en 1885, que Villegas se había establecido en Brasil junto a su antigua sirvienta, de la cual estaba enamorado.
Con estos datos se rebate por completo la historia de Muguruza, que sostenía que Antonio Villegas había desaparecido en 1868 mientras acudía a la ermita de Burgondo. Como puedes observar, tampoco coinciden los años de la desaparición.
Investigaciones históricas sobre Ochate
No puedo finalizar éste artículo sin nombrar a la primera persona que puso en entredicho la historia de Muguruza. Enrique Echezarra, un investigador vitoriano, publicó un artículo en 2001 titulado “Ochate ¿un pasado fraudulento?” donde desmentía, bajo datos fehacientes, muchas de las alusiones que hizo Prudencio Muguruza en 1982.
Más tarde, en 2007, vio la luz “Ochate, realidad y leyenda del pueblo maldito”, un libro de Antonio Arroyo y Julio Corral en el cual, y tras varios años de investigación, aportaban nuevos datos al ya trabajo de Echezarra.
Visitas guiadas al despoblado de Ochate
Todos los años se realizan visitas guiadas durante la época vacaional al despoblado de Ochate. Éstas visitas corren a cargo de Kalearte. El coste por persona es de 2€ y comienzan a las 19h desde la plaza de Imíruri.
Cómo llegar a Ochate, el pueblo maldito
A Ochate no se puede llegar en vehículo, para ello tenemos que dejarlo en Imíruri, desde donde comenzamos nuestra travesía a pie. Seguimos por un camino hasta llegar a un gran almacén donde tenemos dos posibilidades, ir a ver la necrópolis (una pequeña senda a la izquierda) o ir directos a Ochate (senda de la derecha).

El trayecto para llegar a Ochate es fácil y en 30 minutos estaremos en la torre de San Miguel Arcángel. Para visitar la ermita de Burgondo hay que subir por una ladera durante 500 metros.